El acné es un problema que ocurre en la piel, especialmente en la cara, la espalda y el pecho. Se presenta como granitos, puntos negros y protuberancias rojas que pueden ser molestas.
Aquí está cómo sucede: Nuestra piel tiene pequeños agujeritos llamados poros. Dentro de estos poros, hay glándulas que producen aceite para mantener nuestra piel suave. A veces, estos poros se pueden bloquear con células muertas y más aceite de lo normal. Cuando eso sucede, se crean pequeños bultitos llamados comedones, que pueden ser puntos negros (si la parte superior está oscura) o puntos blancos (si la parte superior es de color piel).
Si las bacterias entran en estos poros bloqueados, pueden causar inflamación, hinchazón y enrojecimiento. Esto es lo que forma los granitos rojos y las protuberancias dolorosas.
El acné puede ser más común durante la adolescencia debido a los cambios hormonales, pero también puede afectar a personas de diferentes edades. A veces, el estrés, la dieta y otros factores pueden influir en el acné, pero la genética y la limpieza de la piel también juegan un papel importante.
Es importante no apretar ni reventar los granitos, ya que eso puede empeorar la inflamación y causar cicatrices. Un dermatólogo, que es un médico especializado en la piel, puede brindar consejos y tratamientos para ayudar a controlar el acné. Estos tratamientos pueden incluir cremas, geles o incluso medicamentos en casos más graves.
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